Algunas de las opciones que las fat bikes ofrecen en verano son vadear un río de bajo caudal, pedalear por caminos de densa arena, subir y bajar dunas o simplemente disfrutar de la bicicleta en la playa. En este punto ya podemos reconocer dos salidas que nuestro país puede ofrecer: Los circuitos de montaña y río que podemos encontrar en distintos puntos del país, como la Patagonia y Córdoba, y la playa de la costa Atlántica.
Nos gustaría analizar algunos puntos destacables de las Fat Bikes:
Su increíble grosor de llanta permite llevar los neumáticos a muy baja presión. Su gran diámetro facilita el paso de obstáculos. Traspasa todo lo que se le pone por delante y nos permite adentrarnos en terrenos abruptos que con otras bicis se convertirían en caminos de dudosa ciclabilidad.
Es extremadamente versátil y permite moverse con solvencia en la nieve, el barro, piedras, rocas o arena. Por ello es una de las bicis más empleadas por exploradores y aventureros en sus expediciones más extremas. Esta versatilidad convierte a esta experiencia en una muy divertida, ya que los obstáculos disminuyen gracias a su adaptabilidad.
Por otro lado cabe destacar la seguridad que este tipo de bicicleta proporciona, especialmente en las bajadas y ante pasos complicados: la confianza en la tracción y absorción de las cubiertas nos transmite una sensación de control y estabilidad difícil de igualar. Por otro lado el tamaño de las llantas las protege por sobremanera de pinchaduras y roturas, aumentando la seguridad a la hora de andar.
Nos vemos en la próxima entrega!